
Durante el congreso internacional “The Jesuit University in the 21st Century: A Project of Hope for the World” (HOPE 2025), realizado en Sevilla, España, la Dra. Sofía Chacaltana, directora del Instituto de Ética y Desarrollo de la Universidad Antonio Ruiz de Montoya, presentó la ponencia “The issue of water”. En esta, exploró los efectos del cambio climático inducido por el ser humano y la contaminación del agua sobre las dinámicas de género en la región de Nasca, al sur del Perú.
Cómo los impactos ambientales transforman las dinámicas sociales y de género
En su presentación, la Dra. Chacaltana abordó la historia de los antiguos acueductos subterráneos o puquios construidos por los Nasca hace más de 1,500 años. Además, explicó su valor simbólico y práctico, así como la evolución de su gestión desde épocas preincaicas hasta la actualidad. A través de una metodología interdisciplinaria, que incluyó análisis isotópico, físico-químico y entrevistas a pobladores, la ponencia evidenció cómo la pérdida de prácticas comunales, el avance de la agroindustria y la fragilidad de los sistemas de gobernanza hídrica afectan de forma diferenciada a la población. Especialmente en lo que respecta a las dinámicas de género. Las voces recogidas en campo resaltan una relación histórica entre el agua, el cuerpo, el cuidado y la organización comunitaria.
“Este acueducto es una bendición, una maravilla de Dios, que nunca se secaba. Todos venían a tomar agua, lavar la ropa, bañarse… pero eso se mantenía limpio, no como ahora”, señala una de las personas entrevistadas en Achaco.
La investigación también alertó sobre los actuales desafíos en la zona. Estos incluyen la sobreexplotación de pozos privados, el uso de pesticidas, y el deterioro de los puquios por el cambio climático. También señaló la pérdida del sentido comunitario en torno al agua. A través de este análisis, Chacaltana propone reflexionar sobre la sostenibilidad ambiental desde una perspectiva de género y justicia hídrica.